El Boss volvió a los escenarios cargado de una energía impropia de su edad, y haciéndonos disfrutar de lo lindo a todos los espectadores, con algunos de sus temas más clásicos y con sus nuevas canciones, plagadas de letras revolucionarias.
Pasados unos minutos de las 21:00, Bruce y su banda salieron a escena, e hicieron vibrar el estadio rápidamente con un "Badlands" que fue coreado fuertemente por el público. Con el fallecido saxofonista Clarence Clemons en el recuerdo, el Boss dio paso a tres grandes temas como "We take care of our own", "Wrecking Ball" y "The ties than bind".
Bruce no quiso olvidarse de este lado revolucionario que tienen sus últimas letras, y, en un momento acorde con la fecha, quiso dedicar unas palabras de apoyo a "los chicos del 15-M, y en especial, a todos aquellos que luchan en el sur de España". Palabras literales del Boss en un intento de hablar español que desató los aplausos entre el público.
"Death to my hometown", "My city of ruins" y "Trapped" calman un poco un ambiente que vuelve a enloquecer con otro clásico del Boss: "Out in the street". A continuación vinieron una gran tanda de canciones formada por "Jack of all trades", "Candy's room", "She's the one", "Darlington county", "Shackled and drawn", "Waitin' on a sunny day" (en la cual, el Boss interactuó mucho con un público que estaba disfrutando) y "The Promised Land", en el que se echó mucho en falta al fallecido Clarence Clemons, que sin embargo, fue sustituido a las mil maravillas por su sobrino Jake, que sorprendió a todos con su calidad.
Vino entonces una nueva tanda de canciones, con "Apollo medley", "Because the night", "The rising", "Lonesome day", "We are alive" y "Land of hope and dreams", que hizo finalizar la primera parte del concierto, con un público afónico, dos horas después del inicio de la actuación.
Con la E Street Band luciéndose, comenzaron los bises con "Rocky ground", para dar paso al momento cumbre del concierto, en el que vinieron algunos de los mejores temas del Boss: "I'm going down", "Born to run", "Dancing in the dark", "Bobby Jean", y para terminar una épica actuación de tres horas, "Tenth Avenue Freeze-out".
Me considero un afortunado por haber podido disfrutar de estas tres horas de concierto, y una cosa me quedó muy clara: hay Bruce Springsteen para rato.
